A Luciano Pavarotti

De emoción es la lágrima furtiva
que brota en mí sentir al escucharte.
Eres piedra angular. Surtidor de arte,
hecho voz melodiosa y emotiva.

Si la lírica quedó en ti cautiva
por venerar tu voz y por amarte,
¿Qué menos puedo hacer, al recordarte
que alabar a tu musa creativa?

De tu garganta añoro el sin par trino
como alondra que vaga en los trigales,
condenada a su más triste destino.

Con tu nombre y tu voz en los canales
de Venecia, hace el viento remolino,
impregnando palacios y puntales.