Bogando por la vida, voy ya anciano,
desnudo de bagaje y de ambiciones.
En puerto abandoné mis ilusiones
y sueños, que endosaba como humano.
Busco a la deriva un país lejano
que tanto glorifican las canciones
con misterios y nuevas sensaciones.
¡Que allí, un dios para todos hay cercano!
Como a Ulises, cautivo de los mares,
mi océano me acosa y me avasalla
impidiendo que llegue a esos lugares
donde el estruendo de la mar se calla.
Y allí, daré reposo a mis pesares
sobre la rubia arena de una playa.