Ya está el valle vistiéndose de gala.
Ya comienza a vestir la tierra dura
luciendo un verde manto de hermosura
mientras que el sol, su tibio aliento, exhala.
Se casan los matices sobre el verde
en paleta de aromas y colores
donde puja la flor entre las flores,
una guerra que nadie gana o pierde.
Se despierta la alegre primavera.
El rebosar de vida que comienza.
Y el final del reposo de la tierra.
Y otra vez viviremos la quimera
de gozar de este ciclo que nos trenza,
y el paso de los siglos no lo cierra