Esa noche que cruza por tus ojos,
te pone un fino velo en tus pupilas
cuando me amas ardiente y sin sonrojos.
Cuando yo te amo fiel si tú vacilas.
He quitado a mi corazón cerrojos
para que entre tu amor rompiendo filas
a mi lago de paz, que sin abrojos,
te espera con sus aguas más tranquilas.
Y cortaré tu lirio florecido
en la orilla del lago de mis sueños
donde se hunden las horas de mi olvido.
Así, del bien y el mal seremos dueños.
Y queriendo olvidar lo ya vivido
honrar nuestros deseos más pequeños