Hoy llegó a mis oídos amor mío
al rozar la cuartilla con la pluma,
el eco de tu voz, ¡Oh dulce espuma!
Y mi alma se inundó de escalofrío.
Y se llenó de luz mi bosque umbrío
despejando mi penumbra y mi bruma,
con la esencia que me diste; y perfuma
las notas de mi loco desvarío.
Y he sentido de los labios del viento
impregnar tus aromas en mi piel
como un suave poema de tu aliento.
Y como amante y buen amigo fiel,
derrumbaré el fortín de mi tormento
y romperé, la redoma de mi hiel.