Sobre la piel curtida y maltratada
del alma que se esconde en sus adentros,
queriendo sonreír en los encuentros,
la rima, se resbala desbocada.
Produce en su fructífera enramada
las rosas que sudan de poesía,
y visten lo real de fantasía
para hacernos la vida más amada.
Y su musa desciende del Parnaso
a inundarle la mente cada día
de poemas, a lomos de Pegaso.
Cuando Orfeo crea su melodía,
la esencia del poeta, colma el vaso
de belleza, de arrojo y valentía.