Amo el claroscuro del olivar.
Beber de su armonía en verde y plata
mientras escucho queda, la sonata
del viento entre sus hojas al pasar,
Preso en los olivos sueño quedar
por la robusta raíz que a ellos me ata.
Morir de la pasión que me arrebata
en delirio de llanto, sin llorar.
Amor por los olivos de mi tierra.
De raíz ancestral y de amor puro
a la dulce dehesa y brava sierra.
Es, amor de este pecho ya maduro,
que se nutre de paz, y no de guerra.
¡Y que une mi pasado, a mi futuro!