Soñar tu pelo negro en mi almohada
y tus ojos surcando mi mirar.
Anhelar con el alma, y más que a nada,
tu pecho junto al mío al despertar.
Amar la dulce afluencia destilada
de tu carnosa boca en su besar,
y esa flor que reposa dibujada
bajo tu dulce vientre sin tocar.
Porque tú eres mi sueño. Mi deseo.
Mi noche, mi mañana y mediodía
Y yo, sobre tus luces me recreo,
y deshojo el minuto, la hora, el día.
Me gozo esta ilusión y saboreo
el instante en que me amas y eres mía.