¡Larga es la eternidad que nunca pasa!
¿Dónde estará el Edén que jamás llega?
¿Quién labra el rubio grano, quién lo siega?
¿Quién marca la frontera o la traspasa?
Ya estoy en el infierno. Y en la brasa
veo la corrupción que al mundo ciega.
Miseria en los obreros: ¡Clan de brega!
Y enfermos y mendigos: ¡Argamasa!
Ellos son los malditos de la vida.
Ellos, los condenados al infierno.
Y sus dioses… Les tapan la salida.
Adoremos al rico sempiterno.
Al patrón que maneja nuestra vida
y convierte el edén en un averno.