Tesoro que se oculta en lo más hondo
de este mar que se agita en mis entrañas.
Es agua que me enturbia las pestañas
por un ingrato amor, que correspondo.
Pasión que por él, siento y que no escondo.
Me pierdo entre sus olas ermitañas.
Y por su estéril valle sin montañas
siento la voz del dictador sabihondo.
Reliquia de otro tiempo que se esconde
bajo un agua de mansa superficie
a la espera de un título de Conde.
Rebuscan que el mañana beneficie
a sus perlas haciéndole escamonde,
mas, la crencha de ayer, hoy es calvicie.