Corazón que de amor esclavo fuiste
y en sus cadenas quedaste atrapado.
Tú gozaste un placer desangelado
perfumado de rosa, pero triste.
Pajarillo que al ir buscando alpiste
quedaste de una arpía acorralado
y en su engañosa cárcel encerrado.
Jamás, te agradeció cuanto le diste.
Y en tu nido del árbol, siempre espera
con la misma ilusión del primer día,
el calor de tu tierna compañera.
Mas ya no sonarán con alegría
los gorjeos de aquella vez primera.
en que el campo era todo fantasía.