Soneto del gran dolor

Sobre mis manos traigo una gran pena.
Entre las uñas llevo, amargo duelo.
Y ante mis ojos cuelga un negro velo
que cubre mi sufrir y mi condena.

Mi pecho lo devora y enajena
un suspiro que va clamando al cielo.
Él me ahoga en profundo desconsuelo
y provoca el dolor que me encadena.

La piedra de tropiezo en mi camino
es causa de dolor y desazones
que me marca el final de su destino

a un corazón transido por arpones.
Y en una situación que no domino
me despojo, de amor y de ilusiones.