Hoy me llevan mis pasos a tu puerta.
Tantas veces he vuelto a caminarlos
que mis pies han dejado de contarlos
Pero siempre, al llegar, me doy la vuelta.
Como anhelo, mi amor, tu flor despierta.
Como sueño tus pechos, con besarlos
estos labios que me arden sin regarlos
el fresco manantial de tu ansia incierta.
Amor que en la distancia se ha quedado
durmiendo entre los brazos de tu olvido,
al pasar de fogoso, a despiadado.
Pero yo, lo conservo sostenido
con los últimos hilos del pasado
que sujetan a un corazón vencido.