Soneto triste

Ya embistieron los cuernos de un mal viento
al grano que esparcí por mi besana,
y sangra al despertar de la mañana
viendo un fruto que nace sin aliento.

No boga ya mi barca a barlovento
porque ha muerto mi flor antes lozana.
Y han cerrado mis sueños la ventana
a la esperanza que era mi sustento.

Como un paria de amor por las esquinas.
Busco un rayo de luz sobre mi frente
que traspase este cielo de neblinas.

¡Oh lirio de fuego! ¡Oh, tú, voz clemente!
Coronaron mi lengua con espinas
y clavaron tres clavos en mi frente.