Sí, nuestro vivir no es senda florida.
Por ello renegamos cada día
vertiendo maldiciones a porfía
sobre un suelo, del cual tomamos vida.
Cierto es, que la existencia es muy jodida.
Que a la postre, nos causa antipatía.
Y que esta petulante sodomía
nos lleva siempre, al punto de partida.
Pero es esta, la vida en que robamos.
Es, en fin, esa vida en que jodemos
y entre nosotros mismos nos matamos.
Si juramos amarnos, no podemos.
La envidia, no nos dejará que unamos
el potencial humano que tenemos.