Soneto del veneno

El día en que mi vida me permita
beberé la razón de mi existencia,
para ver si me cura la consciencia
su pócima, de una cucharadita.

cortaré mi cicuta más bonita,
mezclaré triturando con paciencia
en una copa de agua, y sin urgencia,
beberé sin dejar ni una gotita.

Porque me abruma el desespero humano.
La avaricia de ser siempre el primero
menospreciando a quien se ponga a mano,

la carrera que lleva hacia el dinero
y al éxito fútil, cuanto mundano
que al final es, un sueño pasajero.